Ya sabéis que me gusta estar en continuo aprendizaje y me
apunto a todos los cursos que puedo. Hace poco he estado realizando un curso de
repostería, no lo he hecho aquí en Zamora, era fuera. Era un curso muy
especializado porque estaba dedicado a las masas. A masas que van fritas. En
concreto estaba dedicado a la elaboración de churros, porras y buñuelos.
Ese tipo de repostería tradicional que a grandes rasgos os
cuento: se elabora una masa con unas características especiales, en cuanto a ingredientes
y preparación y después se fríen en abundante aceite caliente.
Claro, las instalaciones eran una pasada y la maquinaria que
había para realizar las recetas que nos enseñaron, eran maquinas muy
especializadas.
Eran máquinas de hacer
churros de la empresa Inblan. Lógicamente están enfocadas a prestar
servicios a profesionales, no los podemos tener en casa, pero como en el curso,
los alumnos hacíamos todo, también tuvimos que manejarlas. Al ser intensivo,
estuve bastantes horas manejándolas, y me pareció súper fácil. Vamos, que me
veía yo en una churrería ahí dándole a la masa y sacando churros como loca.
A pesar de la sencillez de la receta de los churros, una de
las cosas más importantes que nos enseñaron era la calidad de los ingredientes.
Y ya os digo yo, que el tener esas máquinas, también hace, porque como salían
los churros de allí, si eran ¡perfectos!
Lo primero que teníamos que hacer era la masa. Tras mezclar
los ingredientes de la receta, que básicamente era la misma para todas las
elaboraciones que hicimos, salvo que se añadía más o menos cantidad de
determinados ingredientes, se disponía la masa en una amasadora. Cuando vi
aquella máquina, me acordaba de las masas que más trabajo me cuesta amasar,
como la del roscón de Reyes. ¡Si yo tuviera esa máquina!
No os pongo las cantidades de las distintas recetas porque si
no, os aburro, pero podéis seguir la receta de Churros caseros, del blog de mi
amigo Alfonso: Recetas
de rechupete
Me he centrado en hablaros más de los churros porque hoy en día
es uno de los desayunos más presentes en los bares de cualquier ciudad de
España. Y además os contaré que se está exportando muchísimo.
Por lo que he estado mirando en la web de esta maquinaria, Inblan
hay exportaciones a muchísimos países y se adaptan a los gustos culinarios de
sus habitantes. Además no importa cómo de grande, pequeño o diferente sea el
negocio que existen máquinas de churros a medida para cada necesidad
Desde luego ha sido toda una experiencia churrera, la que he
tenido en este curso que he hecho sobre masas fritas. Y si a vosotros os ha
entrado el gusanillo y también queréis disfrutar de una experiencia así, en esta web
tenéis información sobre cursos
presenciales y vídeos que explican cómo se utilizan las churreras
profesionales.
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