No he podido por menos que preparar esta receta. Tenia ganas de chocolate, pero ganas, ganas, así que cuando la vi, pensé que era perfecta. Bien es cierto que he tenido que repartir porque sino, hubiera sido capaz de comérmelo yo sola, enterito, y sin pestañear, y claro, pues eso no se debe de hacer.
La textura del brownie es diferente a la del bizcocho, es mas húmeda, no lleva levadura, con lo cual no "esponja", es diferente.
Y el encontrarte trocitos de galleta oreo en su interior lo hace mas especial. Y la cobertura de chocolate ya es para morirse.
Así que si lo que buscas es un postre chocolateado, ésta es tu opción.
Para el brownie: 160 g de mantequilla sin sal, 2 huevos medianos, 250 g de azúcar de caña integral (yo usé azúcar moreno), 2 cucharaditas de esencia de vainilla, 70 g de cacao en polvo sin azúcar, 120 g de harina, 10 galletas oreo sin el relleno.
Para la cobertura o ganache: 200 g de chocolate negro 70% y 200 ml de nata ara montar.
Para decorar: 16 oreos.
--- Lo primero que hacemos es preparar el molde. Yo usé uno de silicona cuadrado de 25x 25 cm. Lo unte con un pelín de mantequilla y lo forré, como veis en la foto con papel de horno.
Encendemos el horno a 180º para que se vaya calentando.
Tamizamos la harina con el cacao y reservamos.
Ponemos la mantequilla en un bol y la derretimos al microondas, con mucho cuidado, si veis que aun no está, sacar, dar vueltas y veréis que con el propio calor se ira derritiendo.
El azúcar que utilice era azúcar moreno, lo pulverice en la thermomix, si no tenéis el aparatito, pues con el mítico molinillo de café o con batidora, como veáis.
Mezclamos muy bien la mantequilla con el azúcar con la ayuda de unas varillas. Añadimos un huevo y hasta que no esté bien integrado, no agregamos el otro. Echamos la vainilla y seguimos mezclando, para después incorporar la harina y el cacao. Mezclamos.
Quitamos el relleno a las oreo y las machacamos. Yo lo hice a cuchillo porque si las ponía en la picadora, igual corría el riesgo de que se me pulverizaran, y lo que pretendemos es encontrarnos trocitos de galleta en el brownie.
Las echamos a la masa y mezclamos con una espátula. Es una masa pastosa, no es liquida, porque es un brownie no un bizcocho.
Vertemos en el molde y la vamos extendiendo por todos los lados, con la ayuda de la espátula.
Metemos al horno, unos 25-30 minutos. Hasta que veáis que se despega un poco de los bordes y al pinchar con un palillo, éste salga seco.
Sacamos y dejamos templar encima de una rejilla, para que no se nos cree vapor debajo y se humedezca.
Mientras preparamos la cobertura.
Troceamos el chocolate y lo ponemos en un bol. Calentamos la nata, solo calentar, no hace falta que hierva, y la añadimos por encima del chocolate. Mezclamos muy bien hasta que esté deshecho.
Cuando el brownie ya esté templado, vertemos el chocolate. A mi con estas cantidades me sobró un poco de cobertura, no quise echársela toda.
Decoramos con las galletas oreo, esta vez, las ponemos enteras. Refrigeramos unas horas en la nevera.
NOTA: al ser un brownie contundente y a pesar de que repartí, era demasiado para comérnoslo en casa. Lo corté en porciones y las puse en un tupper, separadas, y lo metí en el congelador.
Cuando he querido tomar una porción, la he sacado un par de horas antes y la he dejado descongelar sobre una rejilla. IMPRESIONANTE!!!!
Receta sacada de la web de Alma Obregón:
Objetivo cupcake perfecto.
