Antes de que lo digáis vosotros, ya lo digo yo. Esta salsa no es para hacer todos los días. Evidentemente porque tiene un montón de calorías, así que hacerla para algo especial como para servir de base en algunas tostas, por ejemplo.
La aprendí en una jornada en Salamanca, concretamente en la escuela de hostelería de Santa Marta de Tormes, donde nos impartió a otros blogueros y a mi, David Berrocal, de Lilicook una clase magistral, desde luego, y aprendí un montón de cosas.
2 Patatas grandes, 1/4 de cebolla, 1 brick de nata para cocinar (200 ml), leche, pimienta y sal.
--- Pelamos las patatas y las cortamos en bastones y junto con la cebolla, las ponemos a freír en una sartén con abundante aceite. Pero a fuego lento, que se vayan pochando.
Cuando estén blandas, la sacamos y escurrimos y ponemos en la batidora.
Añadimos la nata, sal y pimienta recién molida. Batimos. Nos tiene que quedar una salsa, así que vamos añadiendo leche hasta que tenga la consistencia deseada.
Muy original, habrá que probarla...bsts
ResponderEliminarAunque no sea para diario(que mas quisieramos jejeje)habra que probarlo no?mas que nada para quitarnos el antojo
ResponderEliminar¡Qué salsa más original! . Me ha gustado la idea.
ResponderEliminarUn besote.
Madre mia, de toma pan y moja jajaja. Besossss
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